22 de febrero de 2016

John Wick. La acción bien entendida.

John Wick acaba de ver como la mujer que amaba muere tras una dura lucha contra el cáncer. Destrozado por la perdida recibe un cachorro, enviado por su propia esposa antes de fallecer al saber que Wick necesitaría algo que le mantuviese vivo. Unos días después, un grupo de hombres asaltan su casa para robar su coche. Wick recibe una paliza de muerte y su perro, la única conexión que le quedaba con su esposa, muere. Para desgracia de los ladrones, pertenecientes a la mafia rusa, Wick no es un don nadie. En su día fue el mejor asesino que tuvo el padre de uno de los ladrones. El hombre a quien envías a los trabajos imposibles. Y ahora tiene una misión: matar a los que acabaron con su perro.
Todo el que esté leyendo estas líneas, tras ver la película, sabrá que el resumen que he puesto más arriba tiene una única frase para explicar el noventa por ciento de la cinta. Y es que la mayor parte de lo resaltado en el párrafo anterior representan los primeros quince minutos de película, donde la trama se detiene para explicarnos la vida de Wick y sus tormentos, para que empaticemos con él y le sigamos en su venganza. Es un poco lo que hizo Venganza (Y lo que debería hacer el terror actual) pero sin caer en el ridículo.

Y en ese aspecto la película es brillante porque se quita de encima todo el drama del personaje en ese prologo, dejando el resto de la duración para la venganza sin que tengamos momentos de parón artificial para recordarnos lo mucho que sufre el protagonista por la muerte de su esposa. Entiende lo que busca el público en este tipo de películas y no intenta ser profundo o serio simplemente por ser mejor considerada. Es lo que es, y lo asume sin ningún rubor. Una historia donde la acción y las escenas de lucha y tiroteos brillan con luz propia. No necesita nada más que la escusa que dan en ese prologo.
Decidme que no querríais matarle también, aunque no os hubiera matado al perro, lo asesinaríais igual. 

Tengo que alabar por encima de todo al trabajo que realiza Keanu Reeve, es impresionante que a su edad, 51 años, haga semejantes escenas con maestría y profesionalidad.  Escenas de conducción haciendo piruetas, derrapes, manejando al Ford Mustang en la mayoría de tomas que vemos. Todos los que saben un poco de coches son conscientes del entrenamiento al que ha debido ser sometido el actor para conducir de esa forma. Pero no se queda ahí, las escenas de lucha las realiza con soltura, de forma fluida y casi como si fuera un baile.
Medio siglo y tiene mejor pinta que yo. 
Demuestra que es un actor que le da igual en que proyecto se involucre, se va a comprometer por completo en la película. Sea una obra de culto o un entretenimiento sin más, ves que se trabaja siempre sus papeles. Para John Wick estuvo entrenando cuatro meses con expertos en combate para saber manejar todo el arsenal que tendría que utilizar. Si, en Matrix ya tenía escenas de tiroteos, pero no es lo mismo. En Matrix disparaban sin más. Aquí se nota profesionalidad, economía de movimiento, te crees que es un asesino.

Escena tras escena, Reeves demuestra ser un profesional, que podrán criticarle a nivel actoral, pero que se esfuerza al máximo siempre. Aunque últimamente le veo mucho mejor como actor que hace unos años, tal vez sea que escoge papeles a su altura, su interpretación como Klaatu era creíble (Que la película sea un desastre comparado con la original es otra historia), veías a un alienigena incapaz de entender lo que esta viendo pero que sabe adaptarse con rapidez. Ya es un avance después de la sosería de Matrix Reloaded y Revolution.

Dejemos a Reeves y su Wick para explorar a otros personajes igual de interesantes. A decir verdad, la gran parte del elenco de secundarios son interesantes desde el primer momento que los vemos. Desde el recepcionista del hotel hasta el dueño del mismo, pasando por el amigo de Wick (interpretado por William Dafoe que al igual que Reeves parece no envejecer como la gente normal) y el encargado de librarse de los cadáveres. Todos se nos presentan con una conexión ya establecida con Wick y queremos saber más de ellos. Crean una mitología tan rica y original que la película te sumerge en ella hasta los tobillos y tú solo piensas en saltar a lo más profundo.  Pero antes de adentrarme en esa sección, vamos a hablar del principal antagonista.

No, el hijo del mafioso no es el antagonista, es la presa de Wick, en ningún momento lo vemos como una amenaza. Es solo un ciervo cegado por los faros que no sabe lo que se le viene encima a pesar de que se lo repitan continuamente. No, el antagonista de la cinta es el padre. Es el líder de una poderosa magia (gracias a Wick que le ayudo en el proceso) y ya en su primera aparición nos queda claro que Wick lo ayudaría pero que ha sido capaz de mantenerlo a flote por algo. Es alguien poderoso y peligroso que no conviene tener de enemigo. Por eso funciona tan bien la escena en la que descubre que ha hecho su hijo y a quien.

Los golpes que le propina como castigo mientras le relata la historia del hombre al que ha robado el coche son fundamentales para que Wick pase de un hombre destrozado con un pasado turbio (Las escenas del aeropuerto y el entierro, con la conversación con Dafoe, nos dan una pincelada de que Wick no es lo que parece) se convierta en el asesino implacable y metódico que veremos el resto de la película. Gracias a que nos creemos la posición del antagonista, Viggo, también nos creemos la amenaza que supone Wick.

Pero en ningún momento se muestra odio o resentimiento. Viggo respeta a Wick. La llamada que le hace, casi suplicando que lo deje pasar, o que todas las escenas sean de preocupación hacia su hijo y no de odio hacía Wick demuestran que en el pasado eran amigos, o al menos socios lo suficientemente cercanos como para que pueda comprender que Wick se embarque en esa lucha. Él lo entiende, y seguramente si el punto de mira no estuviera en su hijo, le entregaría sin dudar a cualquiera para que lo mate a golpes.
Después de lo vivido con Lisbeth Salander emigró a América con el nombre de Viggo, ahora se dedica a introducir pasados oscuros. 
Su evolución prefiero guardarla para que la disfrutéis visionandola ya que merece la pena. Aunque me parece un tanto absurda, comprendo porque le ocurre eso y porque hace lo que hace al final.

Así que, metámonos de lleno en la parte más intrigante de la película: Su mitología. No lo he investigado, pero de primeras John Wick no parece un proyecto personal, se aproxima más a lo que haría un estudio para ganar dinero. Sin embargo, esta hecha con mucho cariño, y eso se nota en todos los detalles que pueblan el mundo que crean para Wick. Las monedas de oro que parecen ser la moneda que se usa en el pequeño e inaccesible mundo al que pertenece Wick y Viggo, ¿Cómo se asentó esa particularidad? ¿A qué equivale? ¿Cómo es posible que Wick tenga más que el jefe de una mafia? ¿Tal vez son indicativo de posición en el mundo criminal? No se contesta ni una sola pregunta, simplemente vemos como Wick las utiliza para pagar al equipo de limpieza de cuerpos y el hotel.

Y hablando de hoteles, El Hotel Continental es una serie encapsulada en cuatro escenas. Pide a gritos que alguien lo convierta en el eje principal de cientos de historias. Imaginad las posibilidades. Un hotel cuyos clientes son asesinos, estorsionistas, estafadores, mafiosos, que no hace preguntas y se encarga de cualquier eventualidad posible como curar heridas de bala. Pero con una condición: No se trabaja en el Continental. Si eres un asesino y tu objetivo entra en el hotel, no podrás tocarle hasta que salga. Es una zona neutral dirigida por Winston, un enigmático Ian McShane y con un eficiente recepcionista, Charon, interpretado con soltura por Lance Reddick (Para quien os cueste ubicarlo, es un personaje asiduo en Fringe).
Winston es el dueño del Continental. Justo pero letal con quien no cumple las normas. 
El Continental es un personaje en si mismo, increíblemente atractivo para cualquier guionista. Si la secuela de John Wick se desprende de este edificio cometerán un gran error, incluso podrían hacer girar la trama alrededor de él, haciendo que Wick tenga que trabajar para Winston para mantener a salvo y abierto el hotel. Pueden hacer cualquier cosa, pero El Continental y sus trabajadores deben salir, si o también. Sería derrochar material único y original por las buenas, y ya he tenido suficiente de eso últimamente con Crysis 2 y Crysis 3.

No puedo olvidar al equipo de limpieza comandado por Charlie, interpretado por David Patrick Kelly, un grupo eficiente que limpia en cuestión de horas cualquier escena de un crimen llevándose los cuerpos y haciéndolos desaparecer por una módica cantidad de monedas. Ya hemos visto en más ocasiones esta clase de servicios, el Señor Lobo de Pulp Fiction sin irnos muy lejos, o el servicio del que dispone Ryamond Reddington en The Blacklist. Incluso hemos visto la versión legal en Cleaner con Ed Harris y Samuel L Jackson. Sin embargo Charlie desprende un aura de profesionalidad y veterania, se nota que lleva años, décadas quizás, haciendo ese empeño para todo el que tuviera su número y pudiera costearlo. Y solo tiene dos escenas en toda la película.

Es de esto de lo que hablo. Todo lo que tanto ha llamado mi atención,  que enriquece la cinta, no son más que detalles por los que se pasa muy por encima. Nunca ahonda en detalles y ,aun con eso, recuerdo ese mundo. Es uno de los puntos más fuertes de la película, la capacidad de presentarnos algo atractivo más allá de su protagonista y su trama. Entre eso y sus secundarios, tienen ganada la posición de película de culto, al menos para mi. Y hablando de secundarios, terminemos con ellos.
Otro vampiro como Keanu. 
Menciones rápidas a Marcus (Dafoe) y Aurelio (John Legizamo) pues aunque tienen su importancia, no tienen tanto tiempo para lucirse. Aurelio es el peor parado, parece el dueño de un taller clandestino, buen amigo de Wick pues no tarda en darle un puñetazo a Iosef (El hijo de Viggo) en cuanto se entera de lo que ha hecho. Parece una persona que acepta estar bajo el amparo de otras pero no duda en atacarlas a sabiendas de que no esta bajo sus ordenes sino bajo su influencia. Se nota que va por libre, como si su negocio tuviera las puertas abiertas para todos y no solo para Viggo. Al menos es la idea que me ha dado su breve aparición.

En cuanto a Marcus, se nos presenta como un indeseado en la vida de Wick, aunque bien puede ser a causa del miedo que su antigua vida vuelva con la muerte de su esposa. La cinta juega muy bien con esa posible amenaza que representa. Y Dafoe ya ha interpretado villanos antes por lo que nos podemos creer cualquier cosa por parte de Marcus y no es hasta el último tercio prácticamente cuando descubrimos si esta en contra o a favor de Wick. De nuevo, no tendrá más de dos o tres escenas con dialogo y aun así percibimos su eficacia, y que puede matar a cualquiera. Cuando esta acechando a Wick percibimos verdadera amenaza. Los directores saben muy bien como poner la cámara para transmitirnos mucho más de lo que cualquiera podría o querría hacer en una cinta como esta. Un director menos capaz o con menos ganas por tratarse de un mero entretenimiento, habría hecho lo mínimo aduciendo a eso precisamente, a que John Wick es una película de palomitas y ya.

Por suerte David Leitch y Chad Stahelski ponen toda la pasión en lo que hacen y les sale un entretenimiento brillante. Dos directores que en estos momentos están trabajando en la secuela (Ya sabemos como funciona una productora, no te damos dinero para esta película pero como tenga éxito nos vas a tener encima como buitres para que hagas ocho más *cof* *cof* Deadpool *cof* *cof*) Pero estoy deseando verles en otros proyectos, sean personales o no.  Si yo fuera Marvel o DC, me pensaría muy seriamente contratarles. Aprovechan muy bien los presupuestos y Marvel necesita directores de acción, no van a darle todo el trabajo a los Russo; y DC necesita directores, a secas, que parece que todo su universo se basa en Zack Snyder.

Menciono a estas dos grandes, porque va siendo hora de que se den cuenta de que pueden hacer películas de mil millones y películas más pequeñas. Abrir el abanico para captar más publicos, no solo el más amplio posible. Me remito a Deadpool. Imaginad una cartelera en la que  un mes te encuentras con Los Vengadores y al siguiente con Los Thunderbolt un proyecto mucho más pequeño pero igual de atrayente (Necesita ser pequeño porque son el Escuadrón Suicida de Marvel y eso significa a villanos haciendo cosas heroicas con las herramientas de un villano). No necesitarían limitaciones ya que su presupuesto iría ajustado a las ganancias que quieres conseguir y lanzarías un claro mensaje, no vamos a hacer siempre el mismo estilo de película. Y para eso este par de directores serían esenciales, en mi opinión, gente capaz de manejar presupuestos muy inferiores a la norma y que te dan autenticas superproducciones.

Por eso mis ojos van a estar muy pendientes de Stanhelski, Leitch y Tim Miller (Que no tiene nada que ver con John Wick pero quiero que vayáis recordando este nombre si no lo conocéis aun).

Para concluir, dejando atrás la pequeña sección que he montado sobre cine de superheroes, diré que John Wick es una de las mejores sorpresas que me he encontrado en los últimos meses. Una película de la que no esperaba nada, porque no sabía nada de ella, ni siquiera sabía que se hubiera hecho, y que ha hecho que quiera verla una y otra vez. Ahora mismo voy a su tercer revisionado. Y la tendría en mi colección si no fuera porque en este país han decidido que no la queremos, que mejor se queda en Francia.

Por favor, si sois distribuidores, traer John Wick con una calidad decente. Y si no lo sois y no la habéis visto, ¿A qué esperáis?

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