12 de febrero de 2016

Hard Rain de Mikael Salomon.




Una tormenta amenaza con inundar un pueblo, obligando a la gente a huir y dejar al Sherrif y sus hombres al cargo para evitar saqueos. Al mismo tiempo, una pareja de guardias jurados se llevan todo el dinero del banco, tres millones de dolares, para que no se vea afectado por la inundación. Todo es rutinario, para minimizar el daño de la tormenta. Pero todo cambia cuando el furgón blindado es asaltado por un grupo de ladrones, que acaba con la muerte de uno de los guardias y la huida del otro con las bolsas de dinero. A partir de este punto se desata una persecución donde nada es lo que parece en una ciudad cubierta de agua.

No entiendo como esta película esta tan olvidada. Vale, no es una obra maestra, pero tenemos multitud de ejemplos de películas bastante peores que esta que se les guarda mayor cariño que a esta pequeña joya de cine catastrófico. Me viene a la mente Un Pueblo llamado Dante's Peak como principal ejemplo de esto. Una película que a día de hoy aun puede venirnos a la mente cuando pensamos en cine de catástrofes. Y sin embargo Hard Rain no, ni en listas, ni en ningún blog de los que suelo visitar. Si pude encontrarme de nuevo con esta película fue gracias al a casualidad de un vídeo que repasaba grandes escenas artesanales.

Pero Hard Rain no es un descubrimiento reciente, ni mucho menos. No recuerdo cuando vi por primera vez esta cinta, pero se me quedo grabado a fuego toda la secuencia de como la presa colapsa y cede ante la presión del torrente de agua que cae sin tregua en la tormenta. Era tan perfecta que nunca supe como la hicieron, incluso llegue a pensar que habían grabado una presa de verdad colapsando (Tener cuatro años es lo que tiene). Y a día de hoy aun no tengo claro como lo hicieron, no es digital, y si es una maqueta es algo impresionante porque todo el mundo sabe que el fuego y el agua no se puede re-escalar. Si ves un riachuelo, por mucho que aumentes la lente sigue pareciendo un riachuelo, no se puede hacer un muro de agua con una maqueta. Así que, ¿Cómo lo hicieron? Es parte de su encanto.

Sus efectos artesanales y cuidados con cariño y mimo es uno de sus puntos clave. Y tener a Morgan Freeman nunca le podrá venir mal, además en uno de sus pocos papeles como villano. Pero en un estilo Dany Ocean, es el malo pero no nos puede caer mal porque solo es un ladrón de los buenos. No es un asesino implacable ni tampoco es un cabrón. Es ese típico villano que cae en gracia desde la primera escena. También es que Slater no da para mucho más como protagonista, así que el cariño del publico va a caer por su propio peso en el personaje más interesante.

No insinúo que Slater lo haga mal, hace un buen trabajo como guardia y héroe a la fuerza. Esa es otra, es protagonista por inercia de la propia historia, no por voluntad propia. No sé si considerarlo algo original, o algo que le quita puntos. Le veo demasiado involucrado en evitar que los ladrones se lleven el dinero cuando hemos pasado diez minutos aguantando sus quejas por este trabajo tan aburrido y estúpido. Aunque puedo ver ese cambio de actitud como una forma de rendir homenaje a su tío, muerto por el típico caso de Tío Ben (Tengo que morirme para que te sientas moralmente responsable y trates de hacer lo correcto en consecuencia).

Por suerte el guionista es muy competente, aquí esta lo mejor de la historia, sabe que no da para mucho si alarga esta trama durante la hora y media que dura. No podrías mantener el interés en una historia que se dedica a dar rodeos y más rodeos para evitar que el ladrón se lleve el dinero durante una tormenta. Por eso juega con muchas cosas más. El propio pueblo, que se vuelve una trampa mortal, con los edificios y las calles inundadas.

Los postes eléctricos amenazar con matar a todo el que se acerque en cuanto el agua llegue a su nivel. Una cárcel que se inunda casi ahogando a nuestro protagonista. Un colegio reconvertido en pista de carreras para motos de agua. Y un tiroteo cojonudo en el cementerio. No es simplemente un escenario para llamar la atención, se convierte en un personaje más que supera en carisma a más de un personaje.

Y no me olvido de los giros de guión casi continuos que cambian por completo la película. A la escena del cementerio antes mencionada me remito. En esa escena la película da un vuelco para convertirse en un duelo y una película de supervivencia y deja atrás el robo. Y no te lo ves venir, y yo suelo ver venir los cambios según los personajes que veo. Es algo que me encanta de esta película. A pesar de no ser una gran película me parece un digno entretenimiento que se merece más de lo que el tiempo le ha dado.

Si logró que alguien se anime a verla, con una única persona que caiga rendida ante sus virtudes, me daré por servido. De momento, me vuelvo a las calles cubiertas de agua en mi moto acuática para encontrar los tres millones de dolares.



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