7 de febrero de 2016

Godzilla de Ishiro Honda

En un Japón que se recupera lentamente de la Segunda Guerra Mundial, un inmenso monstruo marino se alza para sembrar el caos y la destrucción como si de una personificación de la tragedia de Hiroshima y Nagasaki se tratará. El gobierno, los científicos y todo Japón se une en una contrarreloj por destruir a ese monstruo. Tienen que detener a Gojira.
Antes de comentar esta película debería comentar el contexto. Yo crecí viendo una y otra, y otra, y otra (Aun tengo el VHS y esta destrozado) vez Godzilla contra King Ghidora. La tengo tan arraigada en la memoria que recuerdo hasta el trailer que aparecía antes de la película. Y eso puede jugar en contra de Gojira. No incluyo el Gozilla de Emmerich que también crecí con él, porque eso no es Godzilla, es un lagarto con problemas de crecimiento ¿Y por qué digo que le puede jugar en contra? Debido a que el Godzilla de Codzilla contra King Ghidora, no es el mismo en el Gojira de la original. A mitad de película se vuelve un destructor, pero en un principio se le presenta como un héroe de Japón, un protector. Además de contar con demasiada fantasía como para tomártela demasiado en serio. 

Por el contrario Gojira es un monstruo, un tifón dirigido por una mente prehistórica que busca la destrucción por la destrucción. Un producto de la era atómica. Un ser que se alza del fondo marino para arremeter contra barcos, hundir flotas enteras y lanzarse con sus garras hacia las ciudades costeras. No es el protector de Japón que acabara siendo, ni siquiera es inteligente, es una fuerza de la naturaleza como comentó arriba. No hay más. Y ver a un héroe de la infancia de esta forma puede perjudicarle. 

Y esto lo comento porque a pesar de ir con ese temor, Gojira me encantó. Es un clásico indiscutible a pesar de sus fallos (Achacados muy seguramente a que la versión actual de Godzilla de 1954 es el montaje americano) y de que lo toman todo con una seriedad que a mucha gente le puede resultar pesada. 

Os pondré un pequeño ejemplo de esto. Llegado a un momento de alta tensión, Gojira ya ha destruido ciudades enteras y no han sido capaces de hacerle un rasguño, un personaje confiesa que sabe que hay un método para destruir a Gojira de un solo golpe. En cualquier película de Kaijus este hecho solo serviría para preparar el clímax e iniciar un crescendo de esperanza. Llega el contraataque. Pero no en Godzilla. Aquí tenemos que el creador de ese arma tiene problemas, tiene un debate moral consigo mismo sobre el uso de ese arma. Es consciente que es capaz de eliminar la amenaza, pero con el uso de ese arma estaría creando una nueva mucho peor. ¿Y si abusan del arma? ¿Y si cae en malas manos? 

Al final toda esa conversación termina decantándose en favor de usarla para salvar Japón de Gojira, pero que se tomen tan en serio las consecuencias de todo lo que ocurre en la cinta le da un realismo extremo, te hace vivir el terror que viven sus personajes más allá del monstruo de cien metros. Os preguntaréis que sentido tiene toda esa conversación si al final lo usan por lógica, para acabar con el peligro inmediato. Bueno, los que ya la han visto saben perfectamente que hace el científico una vez acepta usar el artefacto. 

Es una película japonesa, y como tal, acusa esos detalles que a los occidentales nos puede resultar chocante. Usar una película con un monstruo gigante de esa forma nos sorprende. Y es natural, mientras que occidente tiene a King Kong (Principal paralelismo cinematográfico con Gojira), y era un simple entretenimiento que ponía de manifiesto a donde podían llegar los efectos especiales. Japón cuenta con Gojira y lo usa como mensaje anti-nuclear. Un mensaje pacifista y en contra de la violencia por la violencia. Cada vez que tratan atacar a Gojira es por sobrevivir, no ves saña o ira. Recordemos la versión de Emmerich. Godzilla ya está moribundo, atrapado en el puente de Brooklyn y los militares vuelven a disparar para rematarlo. Aquí no, incluso sienten lastima de matar a un ser tan único. Son esos pequeños detalles que pueden sorprenderte si no conoces la forma de hacer cine que tienen los japoneses. 

Si vas con la mente puesta en que no vas a ver la típica película de monstruos, disfrutaras con este clásico del cine. Una película a la altura de su leyenda, y que daría origen a una saga que se alejó de su propósito original pero hace disfrutar a miles de fanáticos por todo el mundo. 

Al fin y al cabo, Godzilla es el rey de los Kaijus. 

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