4 de marzo de 2016

Pinocho

El anciano carpintero Geppetto tiene un único sueño. Desea con todas sus fuerzas tener un hijo. Es tan sincero en su petición que el Hada Azul se aparece mientras duerme y da vida a una de sus magnificas marionetas. Pinocho nace en ese momento, pero no es un niño de verdad, aun no. Debe pasar una prueba, debe ser digno de poder convertirse en el verdadero hijo de Geppetto y no solo en una marioneta sin hilos. Desde esa noche, Pinocho entrara de lleno en el mundo real de las mentiras, el juego, la luz y la oscuridad. Deberá aprender, con ayuda de su conciencia, el pequeño Pepito Grillo, lo que esta bien y lo que esta mal. Y ganarse el ser un niño de verdad.
Pobre Pinocho, iba a ser la siguiente entrada después de Blancanieves, y al final han habido casi cincuenta entradas entre la primera entrada y mi pequeño reto de reseñar todas las películas Disney y la segunda de dicho ciclo. Sinceramente, estoy escribiendo estas lineas antes de volver a revisitar este clásico porque quiero comprobar lo bien que la recuerdo. Veo claramente las maravillosas vistas del pueblo en el que vive Geppetto con esas casas de una belleza y naturalidad que dan ganas de hipotecarte, vender tu alma al mismo Satanás y vender tu hígado a un viejo rico con tal de vivir en una de esas preciosas casas. Si, me enamoro de esa clase de pueblos.

Y comentare algo interesante de estas casas, están diseñadas usando varios tipos de arquitectura. Pinocho esta ambientado en Italia, en la zona norte cerca de los Alpes, sin embargo constan con características de Alemania, Suiza, aparte de Italia, creando una imagen idílica pero sin un origen claro. Esto logra que se cree un aire hogareño en cualquier parte del mundo. Es uno de los muchos detalles que tiene Disney en sus obras para hacerlas universales. Ya hablaremos de otros detalles cuando haga el tandem de La Bella Durmiente y Maléfica.
Es idílico. 
También recuerdo las docenas de juguetes y relojes que tenía Geppetto en su taller. Algunos con un poco de mala leche, y no me refiero a la madre azotando a su hijo después de robar el tarro de galletas. me estoy refiriendo a ese cazador queriendo cortar el cuello a un pobre pavo, pero era divertidisimo ver ese cuello retrayéndose continuamente. A Pepito Grillo acercándose al hogar y calentándose con una simple brasa, buen detalle para dejar claro su tamaño.  

A decir verdad, recuerdo mucho mejor este prologo y su final con el colorido fondo marino y el monstruo que la parte central. Sé que Pinocho en lugar de ir al colegio acaba haciendo caso a un zorro de dos metros (Algo totalmente lógico, cualquier niño escucharía a un zorro gigante en lugar de correr de miedo) para que se una a un teatro de marionetas donde le convierten en un esclavo, porque es tonto y no entiende que es algo único. Bueno, vale, Pinocho es un niño que nació el día anterior y no entiende la malevolencia y el egoísmo, aunque a veces actúe como tal. 

Y luego vuelve a caer en las tretas del zorro gigante (Sé que tiene un nombre, pero como ya he dicho esta parte es un torbellino vacío en comparación con el principio) y acaba en una caravana con un montón de niños rumbo a un paraíso de juegos y atracciones. Antes de esto hay una escena, o creo recordarla, que me gustó mucho. La conversación en una taberna entre el zorro, su amigo y el astuto del parque de atracciones que convierte a los niños en borricos. Me recuerda mucho a la que veremos años más tarde en La Bella y la Bestia. No en cuestión de contenido, pero si en atmósfera. Soy un enamorado de las escenas turbias en tabernas a oscuras. 

Ya en el Parque de Atracciones Pinocho comienza a escuchar a Pepito Grillo de una vez por todas, pero demasiado tarde pues le han salido dos orejas y una cola de burro; además de que su padre ha desaparecido en medio del mar para encontrarle. Vete a saber que necesidad tenía ese hombre de echarse al mar a buscar a su hijo. Geppetto, tienes mucha tierra que buscar, no hace falta que vayas en la primera hora de bus búsqueda al mar donde te comerá una ballena. 

Las escenas del mar son sin duda lo mejor de la película, y eso es decir mucho en una cinta con tan buenas ideas y escenas, como la de los niños convertidos en burros (moralinas a parte es muy potente), tanto ese mundo de coral lleno de vida y color, con Pepito Grillo metido en una burbuja de aire y espantando a los curiosos peces. Para después ser convertidos en aperitivo de un monstruo gigantesco, una ballena que no sabe que se alimenta de crustáceos y se zampa todo lo que ve sin masticar ni nada, dentro tiene un barco con un señor mayor, un gato y un pez en una pecera viviendo perfectamente. 

Y un climáx apabullante, con la ballena destrozando la costa en la huida desesperada y muy inteligente (Pinocho es un genio cuando quiere) de Geppetto y su hijo, que termina con una imagen impactante que aun hoy recuerdo perfectamente. El cuerpo de Pinocho yaciendo boca abajo en una charca junto al mar. Un fundido y vemos su frágil cuerpo, inerte, en su cama, con Geppetto llorando desconsolado. Pinocho ha muerto. 
Esta escena te rompe el corazón. 

Vale, esto es lo mismo que vimos en Blancanieves y ahora viene el Hada Azul a convertirlo en un niño de verdad gracias a lo que hizo por su padre, pero hasta ese momento la película se toma en serio esa muerte y por consiguiente hace que todos los niños de la sala crean que Pinocho ha muerto. Para los que digáis que Disney es infantil. Disney Channel es infantil, el Disney tradicional no tiene reparos en matar brujas, niños y en apuñalar a sus héroes (Pobre Bestia). Y esto es más o menos lo que recuerdo. 


Claro que recuerdo la canción de Dame un silbidito, o la segunda conversación con el Hada Azul donde Pinocho hace surgir un nido con dos pájaros de su nariz por mentir. Pero quería mantenerme en lo que es trama y escenas clave para saber hasta que punto esta película es memorable. Porque esta no cuenta con el factor Blancanieves. No la he visto un millon y medio de veces, ni siquiera de niño. Así que debe considerarse todo un halago que recuerde tan bien esta película. Veremos si le sienta bien el revisionado. Ahora mismo vuelvo.






Y aquí estoy, queridos lectores. ¡Qué decir! La verdad es que me he quedado de piedra, volver a verla a destruido toda la mediocridad que sobrevolaba de forma nostálgica en algunos tramos. Pinocho, al que siempre creía un crío egoísta que no hacía nada que no fuera fastidiar a Pepito Grillo. Todo lo malo que tenía merodeando sobre el recuerdo y que he mencionado muy poco antes, ha desaparecido para siempre. Y eso me encanta, he descubierto un clásico que consideraba menor como si fuera la primera vez.

¿No os gusta esa sensación? Volver a la infancia y regresar con un regusto mucho mejor que con el que ibais.

Mucho de lo mencionado antes queda patente en este revisionado. Los paisajes y escenarios son preciosos. El plano que mantienen a la mañana siguiente del nacimiento de Pinocho es impresionante. No os hacéis una idea de lo increible que es esa secuencia, como empieza desde lejos y se va colando entre las callejuelas llenándose de vida. Me ha impresionado, en gran parte porque sé lo complicado que es hacer esa clase de tomas mantenidas en animación (SIN ORDENADOR). Se basa en tener una cámara de largo alcance con un escenario inmenso y en varios niveles para poder ir quitando los niveles más cercanos a medida que te vas metiendo por las calles. Es impresionante. Tal vez a alguien menos metido le parecería una escena sin más, preciosa por lo bonito que es el diseño del pueblo, pero poco más.

Y antes de que llegue el día, ese primer tercio en la casa de Geppetto es aun mejor de lo que recordaba, todos esos juguetes, los muñecos que tocan música y le hacen la vida imposible a Grillo, son divertidisimos. Y Grillo, que puedo decir de Pepito Grillo. Tenía el vago recuerdo de que era muy cargante, y lo he encontrado verdaderamente divertido, y en gran parte es que intenta dar lo mejor de si como conciencia pero no es precisamente un santo, los guiños y miradas que le tira a las jovencitas que tiene Gepetto en alguno de sus relojes, o al Hada Azul, incluso a las marionetas que imitan el Cabaret, son pequeñas escenas que no solo son divertidas, también te muestran que Pepito Grillo no es el típico personaje cargante que te dice esto esta bien y hazlo si o si porque todo lo demás es malo.

Las veces que ayuda, o lo intenta, a Pinocho, son porque se esta alejando mucho de lo que se espera de él. Incluso llega al punto de querer dejarlo ir cuando se convierte en "actor" (Una pulla bastante clara a los actores cuando dice que ¿para qué iba a necesitar conciencia un actor? Un momento divertido por inesperado) y si descubre que Pinocho esta siendo esclavizado es simplemente porque quiere ir a desearle lo mejor. En un primer momento estuvo a punto de dejarle ir, no es perfecto. Y eso me gusta. Viniendo de Disney, mostrar una conciencia tan humana me parece refrescante. Pero es que olvidamos que Disney siempre ha sido valiente. Cuando llegue a la Isla de los Juegos lo volveré a repetir.

Pero ya que estoy con la parte de actor de Pinocho y Stromboli, me gusta la presencia que tiene, con cuatro trazos ya sabemos que es alguien con un pésimo carácter que trata de ocultarlo siempre que le conviene. En un primer momento podrías pensar que es un viejo rechoncho afable, al fin y al cabo, el Honrado Juan nos ha contado que le estafaron. Y no imagino a alguien mezquino y violento siendo estafado y luego confiando en dichos estafadores. Pero en cuanto abre la boca ya sabemos que no es de fiar. Tiene estallidos de ira en medio de la función que oculta de forma vergonzosa.

Y su escena en la caravana cuando le revela a Pinocho que no va a ser más que un simple muñeco con el que ganar dinero, y que acabara consumido por el fuego en el momento en el que deje de serle útil, da auténtico miedo. No es la última incursión de la película en el terror,  pero siempre de formas muy distintas. Aquí es miedo por la impronta física de Stromboli, le ves capaz de deshacer en astillas al pobre Pinocho.  Luego se adentraran en uno más presencial, miedo por intimidación de poder, más que de fuerza.

Pero antes de llegar a ese punto, hablemos de Pinocho, y de porque ha desaparecido mi sensación de que veía a un niño egoísta y cruel. Pinocho acaba de nacer, tiene horas de vida cuando sale de la casa de su padre para ir a la escuela. Es un niño, pero mucho más inocente, y no tarda en confiar en el Honrado Juan precisamente porque se le muestra como una persona amable, culta y que se preocupa por él. Si, nosotros vemos que esta fingiendo como un bellaco, es un zorro gigante, no es de fiar. Pero a Pinocho le llega una información muy distinta.

Ha tropezado y en ese mismo momento ha recibido ayuda por parte de ese señor que habla con unas palabras muy rimbombantes, y se pone a hablar y leer sobre sus libros al tiempo que se preocupa por su caída y por él. Es normal que Pinocho le escuche y se sienta atraido por sus palabras. Luego no escucha a Pepito Grillo, pero la verdad es que Pepito poco podía hacer, Juan le ofrecía algo que parecía divertido, y Pepito le decía que debía rechazarlo educadamente e ir a la escuela. En ese enfrentamiento de roles es normal que Pinocho cayera de nuevo ante el zorro.

Luego se arrepiente, y le miente al Hada Azul, peropor miedo a decepcionarla. No quiere admitir que no ha hecho lo que se suponía que tenía que hacer. El Hada lo comprende, por eso les da una segunda oportunidad. Pinocho no miente con maldad, lo que no quiere es decepcionar a la que prácticamente es su madre, como no quiere decepcionar a su padre, así que la miente desligándose de la culpa. Pero es como cuando un niño rompe un plato y se inventa que ha sido un dinosaurio, lo hace porque lamenta haberlo roto y no quiere recibir una reprimenda cuando él ya se siente mal.

Llega entonces su segundo encuentro con el Honrado Juan y Gedeón (Me encanta ese nombre), y de entrada Pinocho les dice educadamente lo mismo que le dijo Grillo, les agradece la invitación pero la rechaza. Y lo hace varias veces. Pero de nuevo el personaje más carismático de la película (Lo es, incluso más que Grillo) le vuelve a atrapar con su labia, haciéndole pensar que esta enfermo y engañandole para que visite la Isla de los Juegos para recuperarse. Aun con todo, Pinocho trata de irse y al final se lo llevan en volandas con una canción, pero yo me quedo con que Pinocho se ha negado. Ha aprendido la lección. En el propio viaje, mientras el resto de niños hacen perrerías (Me resulta gracioso ver a Polilla azuzar con piedras a los asnos sabiendo que él acabara convertido en uno por ese mismo comportamiento), Pinocho no para de apuntar a su pasaje (Un naipe) tratando de explicar que es un regalo del Honrado Juan, como queriendo dejar claro que esta en ese carromato porque le han dicho que es bueno para él, no porque quiera ir realmente. De nuevo nos dejan claro que es un niño, un niño con una inocencia que no se ha roto con Stromboli y aun es demasiado crédulo.

Ahora me diréis que Pinocho si se comporta mal en la Isla de los Juegos, pero fijaos en quien tiene de ejemplo. Pinocho no tiene conciencia, es Pepito Grillo quien le guía, no tiene brújula moral aun porque es artificial y necesita ayuda externa para ello. ¿Con quién esta todo el tiempo en la Isla? Polilla. Un chico maleducado pero con carisma que arrastra a Pinocho, que actúa por inercia, llevado por la estela de alguien que le trata bien. La escena del bar es definitoria de esto, no trata mal a Pepito Grillo, es Polilla quien no para de meterse con la conciencia de Pinocho. Él solo le dice que Polilla es su mejor amigo, pero es que no tiene otros, y no considera a Pepito como un amigo, es algo más. Además, todo esto es necesario para el carácter de Pinocho, tiene que definirse usando opuestos y a medida que avanza y crece con la película ves perfectamente como abandona las conductas que no le gustan (Fumar, beber, portarse mal) y hace lo imposible por salvar y ayudar a sus seres queridos.

Sin Polilla, Stromboli, Juan, Pepito y la propia Hada, todo esto no habría llegado a ocurrir, Pinocho no habría encontrado su camino. ¿Por qué digo esto? Porque una vez se transforma en asno en orejas y cola, y huye a casa, no duda ni un segundo en ir a buscar a su padre. Cuando descubre donde está, le da igual, va a salvarlo aunque tenga que ir a enfrentarse al mayor monstruo marino de la historia. Sin lo anterior, todo esto no habría ocurrido. También es verdad que Geppetto no habría acabado en el estomago de una ballena, pero lo que quiero decir es que tenemos de verdad una evolución de personaje en esta película. Pinocho aprende de sus experiencias.

Y antes de terminar con ese clímax arrollador, tengo que mencionar los mensajes que lanza Disney en la Isla de los Juegos.  No fomenta que los niños se vuelvan Santos, les dice a los niños que jugar esta bien pero con un control, que el problema es no tener ninguna clase de límite. Mirar como les dice a todos que fumar y beber es malo, Pinocho se pone enfermo después de fumar, no dice nada de que no lo va a volver a hacer, simplemente se pone enfermo y lo tira porque le causa asco. Es mucho más sutil que lo que harían hoy día (Bueno, tal como esta la OMS y la propia Disney, que saliera Geppetto fumando en pipa ya le valdría el tijeretazo en montaje). Otro mensaje sutil es que Pinocho solo se transforma en parte, igual que algunos niños pueden seguir hablando, es porque no se ha portado mal, o no tan mal como lo ha hecho el resto. Todo nos empuja a comprender que Pinocho se ve arrastrado a la situación, y no puede evitarlo.

Me gusta mucho que se hagan de esta forma las cosas, que traten a los niños con respeto. Ahora les sacarían un cartel de neón diciendo que esta mal y que bien. Y escenas como la de Stromboli clavando un hacha en un títere o la genial escena de la taberna, no podrían llegar a verse, o serían muy distintas temiendo traumatizar a los niños. Mirad, yo vi Aliens El Regreso, Entrevista con el Vampiro y Forrest Gump, siendo un mocoso de tres años, y no me paso nada. No me he traumatizado ni mato gatos con alambre de espino. Tratar a los niños como seres de carne y hueso, no son de cristal, no se van a romper porque les enseñes una teta o la muerte de Mufasa.

Pero volvamos a la escena de la taberna que me llama mucho la atención, porque el tema de dulcificar la realidad a los niños me daría para un ensayo de quinientas páginas. La Taberna, que tendrán estos lugares que me atraen tanto en las historias. Su oscuridad, sus integrantes, su propio ambiente único y especial, las hacen lugares idílicos para generar tensión. Y si luego la aprovechan tan bien como en esta escena, ya se coronan. Tenemos alivios cómicos en Gedeón, y el propio Juan también ayuda mucho con algunas reacciones, pero aun así la escena genera tensión y es aterradora cuando se susurra el plan, que nosotros no escuchamos, pero que vemos en la reacción de Juan lo suficiente como para tenerle pánico a lo que traman. Sin mencionar cierta sonrisa (Todo esto, poniéndonos en perspectiva de que la película tiene casi 80 años no vayamos a ser unos listos que dicen que da risa).
No, no da miedo. ¡Que va!
Y llegamos al clímax. He ido muy a salto de mata de un punto a otro, pero la verdad me ha salido de esta forma porque había muchas cosas que contar y no sabía muy bien como hacerlo. Pero terminemos con el final, para no marear más al lector, que no estamos en una película de Nolan.

Es muy díficil tener tres, cuatro, antagonistas y conseguir que todos tengan carisma y sean memorables. Y esta película los tiene. Cierto, el dueño de la Isla de los Juegos no tiene nombre, pero sabes quien es. Stromboli, Juan (No tengo muy claro si incluirle o no, es más un buscavidas, un Han Solo descarriado, que un mal hombre), el dueño de la isla y el Monstruo. Todos memorables. Centremonos en el más difícil, el monstruo.

¿Por qué el más difícil? Es el último, y lo presentan después de varias aventuras, cuando pensábamos que todo iría bien, para luego decirnos que nuestra princesa estaba en otro castillo. Es terrible hacer esto bien, es como presentar a Voldemort en los últimos tres capítulos y tenga el mismo empaque que si lo presentases al principio. Y Disney lo logra. Gran parte del merito lo tiene su presentación.

Una simple mención, la reacción de grillo al oír ese nombre. Él sabe más que nosotros, y como ocurría en la Taberna con el Honrado Juan, su forma de hablar es suficiente para que comprendamos el inmenso peligro. Pero luego tenemos también la reacción de todo el mundo marino. Los peces interactuan mucho con Pinocho y Grillo, no les tienen miedo, los siguen con curiosidad, pero es pronunciar el nombre de la ballena y verles huir despavoridos. De nuevo, más información, más indicios del tamaño del enemigo.

Mirar la felicidad y sorpresa que desprende. Impresionante.
Toda esta presentación para luego mostrarlo durmiendo, inmenso como una montaña. Da mucho más respeto verle allí tumbado, que de cualquier otra forma, dejando claro que le da igual todo porque se sabe dueño y señor del mar. Pero no se guardan de no mostrarnos su furia, la escena de la cacería, como persigue a los atunes nos deja muy claro que es implacable, si te ve, no tienes muchas oportunidades de salir vivo. Todo es perfecto. Incluso muere por accidente, no es una lucha épica como en la Bella Durmiente o un acto divino como en Blancanieves. Muere porque se estrella contra la costa, y no vuelve a salir.

Después de esto tenemos una escena desgarradora, manteniendo el plano de Pinocho muerto durante bastante tiempo, pero ya lo he comentado más arriba y es tan desgarrador como recordaba. Pero es el mismo truco que con Blancanieves.

Por lo tanto, termino diciendo que este clásico deja de tener ese apelativo por inercia  de nombrarlo como a sus contemporáneas y pasa a ser un clásico con mayúsculas. Se lo ha ganado, al menos para mi. Es una auténtica obra maestra. Ya habrá tiempo más adelante de sacar los cuchillos contra Disney, pero de momento, lleva dos obras maestras del cine.

1 comentario:

  1. El Pinocho de la peli puede que sea inocente...el del libro no. El del libro lo primero que hace nada mas "nacer" es denunciar falsamente a su padre por malos tratos para que se lo lleven a prisión y quedarse solo en casa.

    Ya en casa "Pepito Grillo" le reprendre por ello pero Pinocho lo mata de un martillazo. Al final se queda dormido frente a la hoguera y una chispa le salta encima, haciendo que su cuerpo de madera arda, aunque consigue apagarlo. Lamentabldmente pierde las piernas en el proceso. Su padre vuelve a casa después de salir del trullo y Pinocho no tarda en rogarle que le haga unas nuevas.

    Luego va mejorando, pero al principio Pinocho era un cabronazo.

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