29 de enero de 2016

Tron Legacy


Kevin Flinn ha desaparecido. Su hijo crece sin un padre al que admirar. Veinte años después. Sam Flinn regresa al viejo despacho de su padre tras recibir un mensaje desde su teléfono. Allí se encontrará con una maquina que le llevará a la red. Un mundo digital creado por su padre y en el cual fue atrapado por CLU. Ahora padre e hijo deberán unir fuerzas para poder escapar de la red.




¿Y si el mundo digital fuera una prolongación del nuestro? ¿Y si pudiéramos viajar al interior de un ordenador? Perdernos entre sus miles de circuitos. Conocer programas. Luchas en carreras por la red. Nuestra concepción del mundo cambiaría para siempre. Religión. Medicina. Historia. Política. Ética. Filosofía. Todo cambiaría para siempre.

Tron Legacy entiende que nos esta presentando un inmenso universo que nos puede cambiar la vida. Si, hablamos de una película cuya intención es ganar el máximo dinero posible. Tiene esa intención, pero Disney supo darle este mundo a gente muy capaz, con imaginación y pasión por lo que estaba haciendo. Y eso se nota en cada fotograma. Cada toma del director para que veamos claramente la acción, cada nota de Daft Punk que nos hace vibrar de emoción. Todo esta hecho para llegarnos más allá de un simple entretenimiento. Vemos el esfuerzo y quedamos fascinados por lo que nos esta contando.

Seguimos las aventuras de Sam desde el mundo real hasta la red. Los creadores no podían arriesgarse así que, aunque sea una secuela de Tron, la película actúa a modo de introducción usando a Sam para que el espectador se involucre en este mundo y entienda como funciona cada aspecto de la sociedad de la red: los programas, los juegos, CLU. En ese aspecto la película peca de remake del original, pero lo hace todo tan bien, lo actualiza de una forma tan magnifica, que te da igual. Seamos sinceros, el 80% del público que vio esta película no ha visto ni verá la original así que no podemos achacarle que sea un remake en ciertas partes para poder explicar ciertos funcionamientos.

Sam es un tanto típico. Es un personaje importado de las miles de historias de este estilo. Chico huérfano que se siente abandonado por su padre y no llega a nada en la vida pero en realidad es un genio en todo y solo tenía que reencontrarse con su padre o realizar la acción para la que estaba destinado. Es un personaje bastante plano en ese aspecto, tiene el carisma suficiente como para que no resulte cargante, pero sigue al pie de la letra su tipo de personaje. Somos nosotros dentro de la red al fin y al cabo.

En realidad la película tiene a un personaje mejor guardado para protagonizarla de verdad (Sam es el protagonista al uso, pero el más importante es otro), Kevin Flinn, un monumental Jeff Bridges, el creador de la red, atrapado durante veinte años en su propia obra por culpa de CLU, una inteligencia diseñada a partir de él mismo para crear la perfección en la red. Dato importante a muchos niveles,
CLU tiene la misma cara que Kevin, pero no ha envejecido, es ver a Jeff Bridges con cuarenta años (Unos efectos especiales que se acercan peligrosamente al valle inquietante pero que a mi me fascinan. La recreación de Jeff Bridges para CLU me parece magistral a pesar de que se nota por esa cercanía a la perfección).

Su primera aparición no podría ser mejor. Ya conocemos a CLU, y este nos ha amenazado con que Kevin esta muerto. Y entonces lo vemos como una figura casi santa, una deidad tranquila, parece ausente de todo porque esta pensando en todo. No podía tener mejor entrada para lo que trataban de transmitir con su figura. Y aun mejor será su escena en el bar donde desencadena todo su poder. Solo con una mirada ya te transmite más que el resto del reparto junto. Una actuación doble que aguantaría por si sola a toda la cinta. La actuación como CLU es contenida y al mismo tiempo exagerada. Ves como CLU lo controla absolutamente todo, pero también vemos que no le gusta que se le salga nada de sus límites pues estalla. Es irascible y metódico. Una peligrosa combinación a la que no tardamos en temer.

He dicho al principio que Tron lanza muchas ideas que podrían dar para debates de horas y días. Esas ideas se materializan en los ISOS (Algoritmos Isomórficos). Vida surgida de ningún lugar. Flinn creó la red, propició la vida y esta brotó por si sola. Flinn es un Dios para los ISOS, pero él no se considera así. Solo diseñó el mundo y las condiciones propicias, y fue como una chispa. Un salto de gigante para todo lo que significa ser humano. Tantas ramificaciones surgidas de ellos.  Quedo fascinado por todo esto. Por desgracia los ISOS no sobrevivieron a la purga que inicio CLU contra ellos por considerarlos impuros. Para CLU los ISOS son como los usuarios, y solo los programas pueden ser perfectos.

Hasta aquí solo he hablado de la historia, de lo que subyace bajo ella y lo grande que es Jeff Bridges. Pero Tron Legacy tiene aun una gran baza a su favor. Música e imagen.  Por separado son obras de arte. Juntas son imborrables.

Todo el mundo digital que nos presentan, brillante y oscuro, es original y nos atrapa con fuerza para no soltarnos hasta el final. La estética se graba en nuestras retinas, es algo único. Nadie ha visto algo como lo que vemos a cada segundo. Los trajes. Los vehículos. Los edificios. No solo tienen unos grandiosos diseños. También te crees que eso se ha creado a sí mismo, que es un mundo surgido de los bits. Además el director no para de hacer virgerías con la cámara que me dejan expectante de su siguiente movimiento. Incluso la escena más tonta, como la entrada al bar, es impresionante.

¿Y qué mejor acompañamiento para el trabajo de nuestro director de fotografía y director que Daft Punk sacándose de la mano una banda sonora que deja en evidencia a la mitad de los compositores actuales? No se dedican a una única forma, una melodía pegadiza que recorra toda la película. Nos presentan temas diferentes para cada situación. ¿Tenemos una persecución? Un ritmo rápido y trepidante que nos golpea en el pecho ¿Un personaje misterioso? Pues los graves vibran para crear ambiente. ¿Una fiesta en un bar? Estalla la electrónica y todo sube, sentimos la electricidad azotando nuestra columna.

Soy un gran aficionado a las bandas sonoras, y la de esta película es especial a muchos niveles. Pocas he visto capaces de sorprender y mantener la genialidad en todos sus temas durante la hora y media que dura. La mayoría tienen uno o dos temas interesantes, pero a esta la aguanto entera y con ganas de que dure cuatro horas más. Si tenéis oportunidad escucharla en solitario y os sorprenderéis con su fuerza.

En definitiva, Tron Legacy,  una película considerada por muchos un fracaso. Pero para mi, en unos años veremos como asciende a la categoría de culto, que es la que le corresponde.

Tron Legacy es un clásico del cine de efecto retardado. 


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