29 de enero de 2016

Dagon


Dagon, un relato donde un perturbado hombre, caído en la desgracia y bajo el influjo del alcohol y la morfina, nos relata la odisea que vivió y le llevo a su estado actual. Una aventura por el pacífico a bordo de una barca robada que termina con el descubrimiento de que los seres humanos no pueden saber la verdad que les rodea sin caer en la locura, presa del más auténtico terror que los condenara a la miseria.

Uno de los primeros relatos publicados por Lovecraft en una de las tantas revistas Pulp que copaban el panorama de los años veinte. Ya desde este relato se nota el estilo del escritor. Y una de sus marcas más características: la primera persona para narrar. Además de dejar claro que aquí no hay finales felices, remarcándolo desde el propio comienzo.

Una pequeña joya.








La historia, como bien he comentado antes, inicia con un pobre hombre que se ha refugiado en una habitación de un hotelucho. Sin dinero. Sin morfina para dormir su inquietud. Sus palabras nos transmiten el pánico que siente, la desesperación por una sola gota de alcohol que calme sus nervios. No está en esta situación por el síndrome de abstinencia, notamos que esta aterrado por algo. No deja de mirar la puerta con recelo. Estas son sus últimas palabras y con ellas nos quiere lanzar una advertencia de que no es un pobre diablo caído en desgracia por culpa de los pecaminosos placeres de los licores y las drogas.

Nos retrotrae unos años atrás, cuando era un marinero capturado por los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. Eran los primeros meses de Guerra por lo que aprovecho que los alemanes tampoco estaban muy pendientes y se escapó con comida y un bote esperando (De alguna forma descabellada porque anda que no es grande el Pacífico) que le encontrase algún buque aliado. Pasan los días donde lo único que podía ver era el océano confundiéndose con el cielo en el lejano horizonte.

Durante uno de sus sueños agitados, donde tenía terribles pesadillas, ocurrió algo extraordinario. Al despertar se encontró con la barca anclada a un lecho marino cubierto de limo pegajoso. Ante él se extendía cientos de kilómetros de tierra elevada desde lo más profundo del océano. El marinero ve peces y criaturas que el hombre nunca ha conocido. Seres nauseabundos que comienzan a pudrirse. Asqueado por el hedor tiene que aguantar los días hasta que el suelo se seca lo suficiente para poder avanzar hacia unas lejanas montañas que llega a entrever en la lejanía.

Durante días ve un páramo muerto, cubierto de cadáveres de criaturas enterradas en el lodo petrificado. Las descripciones son tan profundas que notas el olor a muerte en el fondo de la garganta. Sientes el cansancio del pobre marinero (Le llamo marinero porque no recuerdo su nombre, es más, creo que no lo tiene) en esa caminata.  La montaña, que parecía una colina a pocos días de camino, resulto ser una enorme formación que le superaba por cualquier lugar que mirase.

Tras descansar un día, decide ponerse a escalar esa montaña. Os preguntaréis por qué un hombre muerto de hambre y destrozado física y mentalmente por el Sol y el cansancio, decide lanzarse a escalar una montaña. Curiosidad. Este marinero es incapaz de resistirse a la necesidad de saber, de averiguar que hay tras ese muro infranqueable. A lo largo de la obra de Lovecraft veremos como todos los protagonistas caen ante lo desconocido, enloquecidos por la verdad, por culpa de la curiosidad. El mayor peligro para la humanidad es querer rasgar el misterio que envuelven ciertos asuntos ajenos a nuestra comprensión.

Y eso es lo que le ocurre al marinero. Llega a la cima, encontrándose una garganta profunda y estrecha en cuyo fondo ve agua y algo que llama su atención. Y lo que es más extraño, a lo largo de la garganta parece que se forma una escalera. De nuevo la curiosidad lanza al marinero por esa escalera natural. En el fondo de esa grieta marina, en el centro de una acumulación de agua, se alza un enorme monolito cubierto de figuras pictóricas.

Ballenas, orcas, peces, que daban paso a seres imposibles, desechos de una mente perturbada a ojos del marinero. De entre todos esos seres, surgen figuras antropomórficas con aspecto de seres acuáticos, de grandes ojos y pies y manos palmeados, cazando como si de una pintura cavernaria se tratará.  Ya esa visión de aquellos seres más antiguos que la propia humanidad, cala en lo más hondo de la psique del marinero que no se ve capaz de concebir aquello que esta viendo. Pero no es lo peor que va a sufrir.

Del agua que rodea el monolito empiezan a surgir burbujas, una sombra de entre las olas, y dos grandes ojos sin parpados. Piel gris verdosa. Un monstruo titanico con forma de hombre y pez. Se abalanza contra el monolito con un aullido aterrador. En ese instante el marinero ve romperse su cordura. Toda la realidad se parte en mil pedazos en su mente. Deja que su cuerpo y su instinto le lleve.

Huye de aquel lugar, llega a su barca y se tira al mar sin importarle la comida o el agua. Solo quiere sobrevivir lejos de esa criatura. Y todo lo hace sin tener conocimiento de sus actos. Nos cuenta como sus recuerdos son borrosos hasta que fue rescatado por unos marineros, muerto de sed y delirando por el calor. Este hecho ya nos lanza la posibilidad de que no haya ocurrido nada, que todo estuviera en su mente. Es un juego tan bien hilado que te inquieta más que alguien sueñe con esa monstruosidad.

Y la forma en la que le afecta al marinero que nos creemos que ha vivido algo que le ha marcado en su breve vida. Entró en una vorágine de autodestrucción solo para olvidar y calmar sus nervios ante el recuerdo. Y ante el miedo a ser perseguido por esa criatura. Es más, su final es maravilloso por eso. Se termina sin más. El marinero dice ver la puerta abriéndose y una mano húmeda y verdosa apareciendo y salta por la ventana.   Eso marca al lector, te esta diciendo descaradamente que el miedo que siente por ese ser que prefiere morir aunque no tenga la seguridad de si tiene alucinaciones o no.

Un relato muy breve que nos adentra en el perverso e inmenso mundo de Lovecraft. La primera piedra de una Iglesia del mal que hoy tiene millones de fieles.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por cada comentario que dejes, un alma gritara en los límites de R'Lyeh para despertar de su muerte aletargada al gran Cthulhu