Pesadillas

Nunca fui demasiado seguidor de la serie Pesadillas, y menos de los libros, creo que por aquella época estaba leyendo Parque Jurásico. Sin embargo, recuerdo bastante bien al muñeco diabólico y alguna trama suelta. Esto lo digo para dejar claro desde que punto empiezo el visionado de esta película. No llevo expectativas ni prejuicios porque no soy aficionado al original. Por desgracia esto no ha hecho que la película sea mejor.


Tenemos a un chico que en los Ochenta sería el más popular del instituto, pero ahora es un pobre desgraciado depresivo porque tiene que mudarse de Nueva York a un pueblo y su padre ha muerto. Su madre trata de salir adelante con él, pero no es demasiado fácil porque es un bala perdida (Algún arco de superación tenía que haber). Se mudan a la casa de su tía, un personaje odioso que intenta ser graciosa pero que yo solo quería tirarme ácido a la cara para dejar de verla.

El chico se fija en la vecina, que tiene un padre un tanto estricto, y esta se fija en él. No hay muchos rodeos con este tema, se quieren desde el minuto uno, lo que les cuesta es encontrar un hueco para darse un beso.

Pero esto es un coñazo, voy a pasar a lo bueno. El chico (No me sé su nombre y no voy a volver a ver ese peñazo otra vez) entra en la casa de la vecina y por accidente abre un libro del padre y convoca al abominable hombre de las nieves. Y mientras tratan de encontrar a ese monstruo, no sé dan cuenta de que otro libro se ha abierto: La Maldición del Muñeco Diabólico.

Logran encontrar al abominable hombre de las nieves en una pista de hielo, Jack Black hace aparición estelar para salvarles la vida a su hija y los dos chicos absorbiendo de nuevo al monstruo en el libro. Así se descubre que Jack Black es R. L. Stein, que tiene un ligero enfrentamiento de envidia con Stephen King, y es el único personaje interesante de toda la película.

Para mi que metieron con calzador a los adolescentes por cuestiones de mercadotecnia y que en el guión original era Jack Black contra los monstruos, porque lo mejor es su trama, su evolución y su personalidad. Quiero una película que nos muestre como empezó a escribir historias y estas cobraban vida. Su infancia con el muñeco de ventriloquia, su vida teniendo que contener a tantos monstruos. Quiero saber por qué narices seguía escribiendo historias a sabiendas de que estaba creando vida de ellas. En definitiva, no me interesan el resto de personajes, son blandos, odiosos, insulsos o todo junto.

No sé en que pensaba Jack Black, porque tengo entendido que era productor, si tanto le interesaba la película, tendría que haberse dado cuenta de lo aburrida que era por culpa de los chicos. Ni siquiera dan verdadero juego todas las historias de Stein.  Slappy hace de villano y es el mejor aprovechado, pero eso venía desde el libro, era el monstruo más memorable, mal lo tenían que hacer para estropearlo.

Lo mejor de toda la película. 

Pero fuera de ello, no hay nada. La mayoría son desaprovechados porque los sacan de la nada y los vuelven esconder a los cinco minutos. La mantis, aparece de pronto, les persigue y se va. El hombre lobo lo mismo. Los zombies. Las plantas carnívoras. Cientos de monstruos y el único que tiene una presentación memorable son las figuras de enanitos. Toda esa escena en la cocina, como los presentan poco a poco, apareciendo como si de verdad fueran estatuas que están ahí por accidente. Con cada giro de cámara ves que se mueven, que se acercan.

Y están muy bien animados, me encantó el detalle que no se muevan como cualquier otro muñeco animado digitalmente, de verdad parecen de porcelana. Para levantar la cabeza se les rompe el cuello. Y tienen un movimiento tan errático precisamente por esa forma de moverse que se te queda en la cabeza. Por eso es aun peor al pensar en el resto de monstruos. Pensadlo y decidme alguno más de la lucha final.

No quiero que me des miedo, sé que no lo vas a hacer porque es juvenil, pero al menos crea ambiente, crea algo bueno con todo el material que te dan las novelas. Aprovecha los monstruos, no los tires como carne de cañón  porque al final pasa esto, que de cincuenta monstruos los más memorables son: Un muñeco y una figura de porcelana. Es una película con una mantis de veinte metros y me quedo con un enano de dos palmos de altura.

Tratan de hacer una comedia juvenil con una saga de libros de terror, ya de entrada eso me parece un tanto absurdo. Querer plagiar Corazón de Tinta es otro clavo en el ataúd ¿A quién se le ocurrió esa brillante idea? No es una mala premisa, pero es que ni siquiera se ahonda, Stine se planta delante de los niños y lo suelta tan pancho: Si, de niño escribía historias que se convertían en realidad. No me preguntes como, ni porque, y mucho menos como volvía a encerrar a todos esos seres en sus respectivos libros.

Esta película es un disparo de fogueo, no voy a mentir, no creo que nadie esperase gran cosa de ella, pero lo que han entregado es aburrido y predecible. Lo único a destacar es Jack Black y siendo sincero esta historia habría sido mucho más entretenida si hubieran sido ellos los que acabarán dentro de los libros, saltando de uno a otro en busca de la salida. Un planteamiento parecido al Guardián de las Palabras (Algún día, cuando la encuentre en DVD, tendrá su entrada. Prometido) donde los protagonistas tengan que visitar las historias de Stine, enfrentándose a los monstruos en busca de un objeto para poder volver a la realidad, incluso puedes poner que todo ha sido obra del muñeco diabólico y es el enemigo a vencer como en la película.

El planteamiento que propongo es más episódico haciendo una conexión con la serie y con la saga de libros, y da más juego a que la figura de Stine se eleve como un mentor. Imaginaos que se puede luchar con la imaginación, es mucho mejor mensaje que el enfermizo que resaltan al final. No, salir con un producto de la imaginación no es sano, no lo pongas como un triunfo que ella no es real.

Terminó esta extensa entrada animando a verla. Si vais con cero expectativas seguro que encontráis algo interesante con lo que quedaros, y Jack Black hace un personaje divertido. Además, es mejor que Víctor Frankenstein.

Hasta la próxima, queridos.