Vincent Price derrochando carisma. Eso sería suficiente para que esta película fuera de obligado visionado. Pero además tenemos a Roger Corman tras la camara. Uno de los primeros papeles de Jack Nicholson. A Boris Karloff como un villano jugueton y perverso. Sin olvidar que estamos ante una adaptación (Muy libre) de El Cuervo de Edgar Allan Poe.
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Este hombre no puede hacer un papel cuerdo ni borracho. |
Vincent Price hace el papel de doctor Craven, el afligido esposo que ha perdido a su Leonore y debe cargar con Bedlo. Primero como cuervo y después como un insaciable hombrecillo que no para de hablar y pedir. Curiosamente la película se aleja del terror y abraza con todas sus fuerzas un humor desenfadado. No se olvida de su origen, pero no le presta tanta atención como a los momentos desenfadados. O tal vez el tiempo le ha dado esa nueva capa, y no era el plan original. Prefiero pensar que Roger Corman quería que disfrutase con una sonrisa de esta historia tan divertida.
Y es que vas a tener esa sonrisa durante los escasos ochenta minutos que dura. Ochenta minutos en los cuales la cinta no se queda quieta. Empezamos con el poema. Aparece el cuervo. Hay que transformarlo. Descubrimos que Leonore puede estar viva. Somos atacados por nuestro leal cochero. Viajamos al castillo de Scarabus. Allí parece que Scarabus es bueno. Luego sospechamos. No sabemos que pasa. Lo sabemos. Tiene un ritmo envidiable. Nunca podrás aburrirte.
Hasta que llega el duelo. En ese instante todo estalla y nos convertimos en niños viendo la lucha de dos magos increíblemente poderosos: Scarabus y Craven. Pero no por ello se enfrentan groseramente con fuego, piedras y rayos. Aquí se agudiza el ingenio ¿Recordáis el duelo entre Merlín y Madame Mim en Merlín el Encantador? Esta es la versión en imagen real. No es tan espectacular, no veremos a Scarabus transformado en un dragón morado, pero el ingenio y la diversión son equiparables. Impagable el momento en que Craven se eleva sobre Scarabus y le tira huevos a la cabeza.
Ese duelo es tan creativo y esta hecho con tanto arte y mimo que es imborrable. Una vez lo ves no lo olvidarás nunca. El resto de la cinta puede caer más o menos en el olvido con el tiempo, pero ese duelo se quedará contigo de por vida, cada vez que pienses en un duelo mágico, te volverá la imagen de Scarabus con yema de huevo cayéndole por la frente.
Si te gusta Vincent Price no dudes en echarle un vistazo.
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